Carcassonne es una hermosa ciudad
francesa famosa por su espectacular fortificación, aunque el principal motivo
de que miles de personas alrededor del mundo conozcan su nombre es el juego de
tablero con el que lo comparte. El juego básico de Carcassonne fue publicado en
el 2000 y entre ese año y el siguiente fue premiado en varias ocasiones como
mejor juego del año.
En su formato básico pueden jugar
de 2 a 5 personas y está recomendado a partir de 8 años, lo que lo convierte en
todo un juego familiar.
Todo empieza con una sola pieza
de tablero, éste se compone de baldosas cuadradas que los jugadores van
colocando estratégicamente, además las baldosas deben conectarse entre ellas
con continuidad, como haciendo un puzle.
Al colocar la pieza, cada jugador
tiene la opción de colocar uno de sus seguidores o meeples (esos hombrecitos de
madera que parecen del día de los inocentes), deben hacerlo coincidir con la
pieza de terreno que quieran tomar: camino, castillo, campo, monasterio… Estas
decisiones son vitales ya que el seguidor permanecerá ahí hasta que la
construcción esté terminada, cuando sucede el jugador gana puntos.
La estrategia se basa en
conseguir el máximo de puntos posibles con las mínimas construcciones, al
tiempo que tratas de trolear a tus contrincantes tomando las suyas o bloquearlos
para que no puedan terminarlas. La tensión se masca a medida que los jugadores
se van quedando sin seguidores en la mano y cada vez se hace más comprometedora
la decisión de arriesgarlos o no. ¿Valdrá la pena dejar uno en esta baldosa? Se
preguntará.
Algunos consejos que os damos
desde aquí, aunque se entenderán mejor una vez hayáis jugado, vigilad que
construcciones están creciendo para ver si os conviene sabotearlas, esperad que
haya al menos dos ciudades construidas antes de formar una granja alrededor y
cuidado al enzarzaros en una guerra contra otro jugador o un tercero podría
aprovecharlo.
Y con esto esperamos que
disfrutéis del juego tanto como lo hacemos nosotros.
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