Hoy vamos a tratar un espinoso tema dentro del Universo Marvel: los Hijos de Wanda Maximoff.
Una de las parejas de moda y que causo furor entre los fans fue la de la Bruja Escarlata y la Visión, los grandes protagonistas de una de las más recordadas historias de amor de Marvel, por lo imposible que pareciera a priori una relación entre una mutante y un ser artificial.
Pero la vida da muchas vueltas, y es que la cosa acabó en matrimonio. Fruto de dicha unión, acabaron naciendo, en el último número de la serie limitada de La Visión y la Bruja Escarlata realizada por Steve Englehart y Al Milgrom, una pareja de gemelos que respondían a los nombres de Tommy y Billy.
Y aquí podría haberse añadido lo de “Y fueron felices y comieron perdices”, pero entonces llegó John Byrne a las páginas de los Nuevos Vengadores (“West Coast Angers”, no confundir con el actual grupo guionizado por Bendis) dispuesto a romper tan feliz familia. El autor estableció que los hijos nunca habían existido y que habían nacido fruto de los poderes de Wanda de alterar la realidad. Por si fuera poco, implicó a Pandemonium en el asunto, diciendo que en realidad los gemelos eran trozos del alma de tan maligno ser. Ahí es nada.
Wanda se volvió un poco mochales tras todo esto, y se convirtió en la Bruja Escarlata Oscura, con lo que hubo que practicarle un borrado de memoria para que volviese a ser la de siempre, aunque se rompió su matrimonio con la Visión. Años más tarde, por culpa de una Avispa que habló más de la cuenta, la Bruja Escarlata recuperó la memoria y la lió parda en los “Vengadores Desunidos”, pero de eso ya hemos hablado en otro post.
Hay que mencionar que en los noventa se hizo un intento de recuperación los gemelos, insinuando que habían sido robados por Kang y Mantis a través del tiempo, y ya crecidos se habían convertido en enemigos de los Vengadores. Esto se pudo ver en la saga totalmente noventera de “La Encrucijada”, aunque apenas un par de años más tarde el guionista Kurt Busiek dijó que nones, que en realidad esos eran unos Fantasmas del Espacio, como se puede comprobar en “Siempre Vengadores”.
Pero hete aquí que un buen día Marvel lanzó al mercado la maxiserie de doce números de “Jovenes Vengadores”. Entre sus miembros se encontraban nada más y nada menos que Wiccan y Veloz. En un giro argumental de esos que dejan a la gente con la boca abierta, se nos acaba revelando que dichos hermanitos no son sino que los hijos de Wanda, ya creciditos y convertidos en adolescentes.
¿Cómo es posible si en tiempo Marvel no haría más que cinco años que nacieron los críos? (Aclaro que en tiempo real hace unos 25) Pues la respuesta está en que no son exactamente los hijos de Wanda, sino una especie de “reencarnación” de sus almas, que ocuparon los cuerpos de otros Tommy y Billy. Que ya es casualidad que se reencarnasen en dos adolescentes que se llamasen igual que ellos.
Mientras que Wiccan es un mago y conjurador de hechizos de primer orden (incluso, en las páginas de los Nuevos Vengadores llego a ser candidato para ostentar el título de Hechicero Supremo), Veloz es un velocista, igualito, hasta en carácter, que su tio Mercurio.
Debido a que la Bruja Escarlata estaba perdida por Wundagore tras los acontecimientos de “La Dinastía de M” no se había producido todavía el reencuentro entre Wanda y los frutos de su vientre. Pero eso está a punto de cambiar. En la maxiserie de “Los Vengadores: La Cruzada de los niños” se va a producir una reunión familiar de esas que van a quitar el hipo. Por no faltar, no va a faltar ni el abuelo de las criaturas. Y los grandes fans de Marvel ya saben que me refiero a Magneto.
Esta historia va a ser crucial para el Universo Marvel en general, como ya sabéis, incluso aparece en el archiconocido mapa temporal del Vengadores Nº 5, obra de Bendis y Romita Jr.
Así que ya sabéis que hay que leer para disfrutar, además de estar al tanto de lo gordo que se cuece en Marvel.
Mañana se pone a la venta LOS VENGADORES: LA CRUZADA DE LOS NIÑOS #2 en MANHATTAN COMICS.
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