Las razones para leer el Warlock de Starlin son tan variadas como acuciantes.
Primero, recogen las mejores apariciones de Thanos: Generado como enemigo del Capitán Marvel en su otra obra clásica, acabaría convertido en némesis de Warlock, oscuridad de su luz mesiánica, pero ha alcanzado la fama este verano con un simple cameo en la película de los Vengadores.
Y aquí es donde Warlock acabaría con él, salvando el Universo, al precio de su propia vida. Al menos, temporalmente, ya se sabe.
Por otro lado, el propio Warlock, ahora integrado en el grupo de superhéroes "cósmicos" de Marvel, Guardianes de la Galaxia, se va a convertir en un personaje de moda si está integrado dentro de la película que se prepara sobre el grupo, y en la que también se verán las tramas de Thanos.
Pero sobre todo, la necesidad de leer y poseer este clásico se debe al trabajo histórico que hizo Jim Starlin: Continuando el tono mesiánico iniciado por Roy Thomas, su Warlock es toda una odisea espacial y psicológica, donde un ser sin padres lucha por encontrar su lugar en el Universo y escapar al oscuro destino que saber que le aguarda.
Los escenarios extraterrestres convierten a los mundos que visita Warlock en un precedente de Star Wars, y su lucha contra la Iglesia de la Instrumentalidad cobra aún hoy en día una nueva modernidad para ser un cómic que tiene 40 años de historia.
Starlin en su punto álgido como dibujante y, por si no fuera suficiente, decenas de invitados especiales de todo el Universo Marvel.
De los tiempos cuando el universo se salvaba en un sólo cómic, sin eventos ni gaitas.
En una palabra: IMPRESCINDIBLE.
Jim Starlin es Dios.
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