Segunda película de Ben como director y mejora cinematográfica sustancial respecto a sus anteriores films, Gone Baby Gone (2007) y The Town (2010). Hablar de ARGO, debido a que está basado en hechos reales, es caer sin remedio en el spoilereo más puro y duro, sería como ir a ver TITANIC y todavia tener la esperanza de que el barco no se hundirá al final.
Affleck toma como punto de referencia el suceso histórico acontecido en 1979. La revolución iraní del Ayatolá Jomeini provocó que el antiguo Sha (un dictador de libro, para que lo entendáis) tuviera que exiliarse. Enfermo, pidió el asilo en los EE.UU. Y este país se lo concedió Lo que provocó, que el pueblo iraní furioso al querer recuperar a su ex-mandatario para juzgarlo en su propio país por sus crímenes invadió la embajada estadounidense en Teherán. Seis funcionarios norteamericanos de entre toda la plantilla del consulado lograron escapar y refugiarse en la cercana embajada canadiense causando un incidente diplomático sin precedentes.
Y ahí es donde entra en escena nuestro agente de la CIA favorito (Ben, como diria Risto: ¡tú sí que vales¡). ¿Cómo conseguir rescatar a los 6 diplomáticos salvando todos los controles iranís, una segura amenaza de muerte y tortura y todo ello sin un arañazo? Pues muy sencillo: vamos a inventarnos que queremos rodar una película de ciencia-ficción, que necesitamos localizar decorados exóticos (me imagino que desérticos al más puro estilo Tatooine en STAR WARS) y hacemos pasar a los 6 diplomáticos por miembros del reparto. ¿A qué parece una moñada? pues os repito que es cierto, que está basado en un hecho real.
ARGO brilla en su montaje, su ritmo y tensión hace que no puedas ni pestañear. La ambientación setenteta es muy efectiva, destacando su vestuario, vehículos y detalles que hoy en dia nos parecen casi imposible, porque en los 70 ¡sí que se podía fumar en los aviones! Por otra parte, Affleck no escatima en su vertiente friki, detalles constantes a STAR TREK, STAR WARS y EL PLANETA DE LOS SIMIOS hacen que la realización de la falsa película de ciencia-ficción cobre más credibilidad.
Thriller emocionante de factura técnica impecable, por no decir superior a la media, pero con sus peros inevitables. Aún conservan mis retinas la imagen final del héroe victorioso en el porche de su casa regresando tras su peligrosa misión besándose con su bella mujer mientras ondea al viento la bandera de las barras y estrellas. Porque es bien sabido cuanto les gusta a los yanquis usar su breve historia para lanzar su discurso: ¡Pero que listos somos y el resto que tonticos sois!
No hay comentarios:
Publicar un comentario