Hoy voy a hablar de una de mis obras predilectas de DC. Me refiero al Animal Man de Grant Morrison.
Como muchos ya sabréis, se está mascando una nueva serie llamada Multiversity que será pasto del guionista escocés para poder explorar el multiverso DC. Pues bien uno de los claros antecedentes de esa propuesta lo encontrareis en los comics de Animal Man realizados por Morrison.
Mientras que dicho guionista se encarga de la parte literaria del asunto, del dibujo se ocupan artistas como Chas Trugg. Doug Hazlewood y Tom Grummet. Además, Brian Bolland realiza la labor de portadista.
Al inicio de estos cómics, Buddy Baker alias Animal Man se encuentra replanteándose la posibilidad de ser o no un superhéroe a tiempo completo. Muy pronto encontrará la respuesta en esta magnífica obra, que abarca muchos puntos de vista y enfoques diferentes.
En efecto, el cambio de tono se encuentra a la orden del día en esta epopeya de la narrativa superheroica. Si bien al inicio de la serie, el tono era el de una aventura con tintes a ecológicos y a favor de los derechos de los animales, pronto evoluciona hacia algo más complejo, pasando a tratar temas como la ruptura de la barrera entre el lector y personaje de ficción. Por no mencionar el excelente uso del metalenguaje que realiza Morrison, llegando a su punto álgido en el último episodio del volumen.
No sólo eso, sino que veréis con vuestros propios ojos como Morrison ya se atreve a revisionar en estas páginas el Multiverso DC en un capitulo muy pintoresco en el que el Psicopirata juega un papel crucial. No olvidemos que ese villano era el único que recordaba allá a finales de los ochenta la existencia de un Multiverso Pre- Crisis, como quedaría patente en estos tebeos, en los que Morrison ya trastea con la idea de emplear personajes de otras Tierras.
Idea con la que jugó al hacer aparece en las páginas de Animal Man al traer de vuelta a personajes de otros mundos y tierras de DC, como por ejemplo al Ultraman de Tierra 3. Por supuesto, no es la única alusión al tema, ya que otros personajes exóticos fueron traídos de vuelta al estar apunto de provocarse otra Crisis, pero os recomiendo leer el tebeo para deleitarse con los vastos conocimientos de Morrison.
Para más inri, el escritor también deja que se sienta toda la ida de un Multiverso al dejar bien claro tanto al lector como al propio Buddy que existe o ha existido más de un Animal Man al haber varias Tierras. Vamos, que esta obra es la muestra que Morrison siempre ha querido juguetear con el Multiverso DC.
Este revolucionario cómic fue uno de los gérmenes que dieron lugar al sello “Vértigo” en el que tenían cabida aquellas historias algo más complejas y dirigidas a un público más adulto del que, se supone, lee tradicionalmente tebeos. Lo que resulta un importante mérito, que no hace otra cosa que destacar la labor de los autores que trabajaron en el título, sobretodo el de su guionista.
La narración de Morrison es aparentemente sencilla, pero eso sólo es una trampa que utiliza con habilidad el escocés, puesto que bajo esa primera capa, se esconde una lectura que hurga y escarba en las profundidades del género reverenciándolo, retorciéndolo y reinventándolo.
Una virtud del guión es que, pese a que la mayor parte de los episodios son autoconclusivos, todo forma parte de un entramado más grande y cada una de los números es una pieza, y la lectura de todos ellos termina por formar un gigantesco puzzle, del que merece la pena el trabajo de montarlo.
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