Recuerdo haber visto esta película en una época en la que Internet estaba todavía en pañales y nada era spolieado previamente. Vi EL CLUB DE LA LUCHA sin saber nada sobre su argumento, sobre sus actores, sobre su temática y fue por eso por ese factor sorpresa por lo que me impacto tanto.
Supongo que a estas alturas todo el mundo conocerá su trama y sus tres protagonistas, Edward Norton, Helena Borham-Carter y un superlativo Brad Pitt. Su director, David Fincher, venia de rodar la correcta ALIEN3 y la exitosa dentro de su componente morboso SE7EN. Fincher se tomo este proyecto como algo personal, impresionado por el libro homónimo de Chuck Palahniuk, lo que provoco que casi suplicase a la 20th Century Fox que le dejasen rodar esta adaptación.
La película comienza con Edward Norton interpretando a un hombre corriente, con un trabajo corriente y un consumismo corriente que le provoca las enfermedades corrientes de la postmodernidad: insomnio ansiedad y depresión Este hombre corriente (del que nunca se dirá su nombre) es un reflejo de cualquiera de nosotros salvo por un detalle, él necesita crear una válvula de escape a esa vida monótona contemporánea. Su válvula de escape es sencillamente volverse loco, crear un personaje ficticio que le vuelva a lo que importa, a la vida, y ese personaje será Tyler Durden (Brad Pitt). Siempre que vuelvo a ver EL CLUB DE LA LUCHA me maravillo de como Norton va creando poco a poco el personaje de Tyler mediante pequeños flashes a lo largo del comienzo del film, algo que los propios psiquiatras consideran muy verosímil porque, claro, uno no se vuelve paranoico de la noche al dia.
¡Hay que tenerlos bien puestos para hacer esta peli!
Si Edward Norton es el hombre corriente, la identidad insulsa, Tyler Durden (Brad Pitt) es el superheroe. Un personaje con conocimientos y herramientas para atacar con fuerza a un sistema social degradado, como se ve en el robo de la grasa de las liposucciones o en el inserto de imágenes pornográficas en una sala de cine convencional. Tyler es el poderoso, un líder carismático, de físico atractivo y que, ademas, folla como Dios (y sino que se lo pregunten al personaje de Helena Borham-Carter). EL CLUB DE LA LUCHA es básicamente una película de superheroes realista. Un película que ataca el sistema moderno, increíble que fuera producida por una major, y que muestra su radicalidad tanto en el montaje artístico que Fincher usa en todo el film como en su temática anarco-realista.
Para acabar, aunque muchas personas han señalado el carácter violento o, incluso fascista, de muchas de sus escenas, yo siempre he preferido quedarme con otra moraleja final, ¡luchad ferozmente con o sin amigos por lo que os haga sentid vivos!
La película es grande y una de mis favoritas. Una de la estrellas invitadas es Meat Loaf por cierto. Pero, la hayáis vito o no, os recomiendo leer la novela de Palahniuk, en serio: extraordinaria.-
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