Y llegamos al tercer tomo de esta serie de Hiromu Arakawa. ¡A Hachiken se le acaban las vacaciones!
"Verano en casa de la familia de Mikage... Un verano lleno de dudas, trabajando de sol a sola, muy distinto de como habría sido en la ciudad. Hachiken también volverá a la residencia y recuperará el ritmo de vida al que se había acostumbrado, con sus amigos, con la diversión de siempre. El verano todavía no ha acabado..."
Jo, pues qué verano más largo.
En este tomo vemos como nuestra protagonista descubre la no-tan-bucólica vida de los animales en las granjas tan y como los pintan en las pelis, y sigue poniéndoles nombres. Ahora ya no solo tenemos a Chuletón (cuya próxima versión será en forma de bacon), sino que también aparece Estofado.
Sigo diciendo que me encanta el humor de esta autora. Adoro las escenitas que se monta ella sola con los de la escuela de capacitación agraria, cuales bestias salvajes y hambrientas.
En fin, bromas a parte. Las vacaciones de verano llegan a su fin, y con ellas el tiempo de trabajo en la granja Mikage. Allí, Yugo ha aprendido muchas cosas y ha mejorado su relación con Aki.
Pero ya es hora de volver a la escuela y, con ello, vuelven a surgir las inseguridades y las dudas de Hachiken sobre su propio futuro.
Se da cuenta de que todos sus compañeros han cambiado en un período tan corto como lo es el verano (incluso Chuletón se ha puesto el triple de su tamaño original... Oh, Dios, creo que yo también me he enamorado del cerdo). Él también ha crecido, como estudiante y persona, y se irá dando cuenta de ello conforme más tiempo pase en la granja-escuela.
Lo que más me ha gustado este tomo: como con el resto, no tengo ninguna queja. Lo mejor es que Hachiken utiliza MUY bien el dinero que ha ganado trabajando y me tiene admirada por ello. Este chico es estupendo.
Podéis encontrar este manga fácilmente en tu tienda de cómics en Valencia: Manhattan Comics, o bien en su webstore, junto a muchas otras novedades y variedades.
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