SERIES: ¿QUE HORA ES? ¡¡¡HORA DE AVENTURAS!!!

HORA DE AVENTURA no es para gente timorata. HORA DE AVENTURA no es una serie para las personas que vivimos en el 2012. 

Serie de animación creada en 2008 por Pendlenton Ward, ha tardado bien poco en encumbrarse como la serie de culto que es en la actualidad. Alejándose de otras series de corte más infantil y didáctico (DORA te tengo en el pensamiento) ha sabido crear un estilo propio, basándose en el surrealismo y las situaciones absurdas. Es este estilo el que crea una dualidad en su público, que por otra parte abarca una franja enorme desde niño hasta treinteañeros pasando por adolescentes. Y esta dualidad es una de las características que definen a las obras de culto en todas las artes. No hay termino medio, o la amas o la odias, es así y esto no lo he inventado yo.  Es como el cine de David Lynch, la pintura pop-art o la literatura de Charles Bukoski, o la adoras sin condiciones o simplemente no la usaría ni para hacer brasas para una barbacoa.

HORA DE AVENTURA transcurre en el mundo onírico del país de Ooo. En dicho país hacen sus correrías el niño humano Finn y su amigo, el perro Jake. Finn es un niño de 12 años cuyo mayor deseo es ser un heroe y Jake es un perro de 28 años (al cambio 196 años humanos, toma ya!) que puede hablar y cambiar el tamaño y forma de su cuerpo a placer (lo que viene a ser lo normal en todos los perros, ¿verdad, Miss Martian?)

Y en dichas correrías es donde se despliega todo el potencial de la serie. Con ecos a series como REN Y STIMPY o VACA Y POLLO y algún toque de la serie europea LA MAZMORRA, las situaciones, gags visuales y chistes pegan un mazazo en la región de la diversión surrealista que hay en el cerebro. Es como si los guionistas estuvieran adelantados a su tiempo demostrando un humor hipnótico, que atrapa en sus redes (siempre que uno se deje atrapar).

Ver HORA DE AVENTURA es una experiencia doble, por una parte te sientes como un niño y por otra su sentido del humor no te toma por un imbécil, hay que pensar humorísticamente como un adulto, hay que madurar esta experiencia. Y es que ya se lo decía Calvin a su tigre: "No hay nada como desayunar cereales superchocolateados viendo dibujos violentos sin sentido" (A lo mejor sí que tiene sentido, y mucho)