No se puede hablar de Multiversity si no se menciona el tebeo que ha originado todo el meollo de tierras alternativas en el Universo DC. Me estoy refiriendo, como no, al clásico Flash Nº 123: El Flash de Dos Mundos, editado en Septiembre de 1961.
Hay que ponerse en situación. Durante los años 40 habían ido surgiendo toda una pléyade de personajes superheroicos como Green Lantern, Flash, etc. Pero no son los Hal Jordan o Barry Allen que se han encumbrado como icónicos, sino unos tales Alan Scott y Jay Garrick, por ejemplo.
En efecto, durante más de una década, estuvieron en activo estos héroes, junto con otros muchos personajes de la Edad de Oro como Hawkman, Sandman, Atom, etc. Pero como nada es para siempre y menos con la censura por medio, dejaron de publicarse estos personajes.
Obviamente, la moda de los supers retornó y con ella los antiguos personajes DC, pero, sorpresa de sorpresas, la editorial hizo un proceso de actualización, sustituyendo a los justicieros por unas versiones actualizadas. Y esta vez, sí, fueron los archiconocidos Hal Jordan, Barry Allen. ¿Qué pasó entonces con los héroes de la Edad de Oro?
Pues no estaban muertos, ni tomando cañas, sino que quedo establecido que siempre habían vivido en una tierra alternativa, llamada Tierra 2 (la lógica dice que al ser más antigua hubiese tenido que ser Tierra 1, pero bueno…).
Con sus vibraciones debidas a la supervelocidad, Flash (Barry) logró llegar a Tierra 2, donde conocía a su ídolo Jay Garrick, el primer Flash. Corrieron, nunca mejor dicho, una aventura en la que rescataron a Keystone City de un estado de letargo al que había sometida por una alianza de villanos de Jay.
Y de paso nos enteramos que los guionistas de sus andanzas, como Gardner Fox, habían soñados sus aventuras y por eso hacían comics de ellos…
Esto fue tan sólo el principio de una larga tradición entre encuentros de héroes de las dos Tierras, como iremos viendo.
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