Charles Burns es uno de los más reputados autores de cómic indie no sólo de su país de origen, EE.UU., sino a nivel mundial. Su influencia basada en las películas de serie B y el estilo de dibujantes clásicos como John Romita Sr. ha sido notable en numerosos autores, pese a su corta obra pues cabe destacar EL BORBAH, BURN AGAIN, EL CLUB DE LA SANGRE o TOXICO. Pero si hay que destacar una entre todas esa es AGUJERO NEGRO, un relato en doce partes que le costaría mas de una década llevar a cabo (desde 1993 a 2004). Un relato más complejo de lo que a priori su lectura podría suponer.
Negro, negro, pero bien negro
El estilo de Burns ya marca la propia atmósfera y temática de AGUJERO NEGRO. Grandes manchas de tinta negra sobre las que se marcan en pequeños trazos blancos los contornos, cuerpos y paisajes de los personajes y sus tramas. Una atmósfera siniestra y macabra repleta de sombras y contraluces en la que el terror viene sugerido por la cotidianidad de las situaciones. El realismo de un supuesto virus que sólo afecta a los adolescentes convirtiéndolos en criaturas grotescas hace que ese terror cobre más fuerza.
La protagonista adolescente, Chris, nadando en la negrura
Pero, no sólo la premisa realista sirve como elemento del terror. Burns juega con la desilusión y psicología atormentada propia del joven, unos jóvenes que se debaten entre la búsqueda de aquello que desean, los breves momentos en los que se logra ser feliz en la vida para pasar a la monotonía y el aburrimiento, y la necesidad de escapar de esa vida anodina mediante el método que sea, ya sea la huida, el aislamiento, la autocompasión o las drogas.
Incluso el sexo es siniestro,
pero atrayente para los protagonistas
Y son las drogas un elemento fundamental en AGUJERO NEGRO. Las drogas, como ya sucedía en culturas precolombinas, cobra una importancia principal en la vida de los personajes. Unas drogas que sirven de puente para los protagonistas a una situación mejor, ajena a los problemas, a un estado de feliz ensoñación que el propio Burns se encarga de remarcar con unas viñetas onduladas.
Las viñetas onduladas como ensoñación
Desde Manhattan Cómics, tu tienda burnsiana en Valencia, os recomendamos leer este cómic con la mente abierta. Entrando en su universo de inquietud cotidiana para disfrutar del arte oscuro del maestro Charles Burns.
P.D. Y la semana que viene el comic que leer tiene es: LA BROMA ASESINA de Alan Moore y Brian Bolland
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